No olvidar! Schiaretti lo hizo

La insistencia que algunos políticos manifiestan para remarcar cuan buenos administradores han sido, son y serán, llega a extremos tales que producen, al menos en mí, exasperación.

Desde hace algo más de un año, el Gobierno de Córdoba puso en marcha en la ciudad capital unas cuantas obras varias veces millonarias. Muchas de ellas son necesarias y que correspondían a la órbita provincial realizarlas y financiarlas. Otras tantas, simplemente se constituyeron en un aporte del gobierno de Schiaretti a la estética tan maltrecha de nuestra ciudad, las cuales hubieran correspondido llevarlas adelante al municipio.

En todo ese periodo, la Provincia hizo publicidad gráfica y audiovisual para anunciar los proyectos y luego para destacar su inauguración. En los últimos días, aparecieron en las carteleras callejeras varios afiches «recordándonos» a los cordobeses de la capital todas las obras que Juan Schiaretti y su gestión hicieron en nuestra ciudad.

El nuevo Hospital Misericordia se inauguró el pasado 15 de marzo,  se informó de ello en diarios, radios y canales de televisión. Y a casi siete meses, el gobierno contrata carteleras para recordarnos la remodelación del nosocomio.

Pocas obras tuvieron tanta difusión como la remodelación del Estadio Mario Alberto Kempes, tanto en su inauguración, como en los partidos de la Copa América, y en el reciente encuentro Argentina-Brasil. Estos eventos lo pusieron en la consideración no solo de Córdoba sino de todo el país. Pero como si los cordobeses fuéramos faltos de memoria, la gestión de Schiaretti insiste en resaltar la remodelación del Kempes con más gráfica callejera.

Del mismo modo, y como si no lo supiéramos, aparecieron estos otros:

Y como si ésto fuera poco, el Gobierno de Córdoba subió a la web una página en la que se muestran todas y cada una de las obras públicas realizadas por la gestión Schiaretti.

Evidentemente, nuestro actual gobernador tiene un temor manifiesto a no ser recordado como un gestor de grandes obras que inmortalicen su nombre. De otro modo, no se explica la cantidad de inauguraciones, una detrás de la otra, con una batería de avisos publicitarios previos y posteriores a las mismas. Avisos que implican, sin dudas, una buena cantidad de dinero que surge de las arcas provinciales, las cuales últimamente no están pasando por un buen momento. Recordemos que los aportes comprometidos por la Nación por distintos conceptos se hacen rogar, y por el momento no aparecen. Sin embargo, la maquinaria propagandística oficial no se detiene.

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